martes, 10 de febrero de 2015

Pequeño diálogo imaginado 2


Cuando te protejas del dolor, asegúrate de no protegerte del amor. 
<Alan Cohen>

Él: Una vez más he de decir aquello de pase lo que pase, sea como sea, suceda lo que suceda, sé que tú eres el gran amor de mi vida.

Ella: Gracias por el título. Muchas gracias de verdad, pero no lo quiero. Yo lo que quiero es alguien que camine conmigo en la vida y que se deje acompañar en su caminar. Así que te lo devuelvo. Podrías ponerlo, qué sé yo, en alguna pared de "casa", junto al grabado que te envié de cumpleaños, por ejemplo. (Quedaría un bonito trofeo.)

Él se quedó helado y, por supuesto, no se atrevió a contestar nada más. Ella se dio la media vuelta, por enésima ocasión, esta vez con la intención de volver a encajar los trozos de su corazón, sin importar que se noten las fracturas. Un corazón roto siempre es mejor que un corazón cobarde.

Ella piensa algo más, pero ya no se lo dice: "Finalmente, tenías razón. No hay manera en que dos personas tan distintas en todos los aspectos, menos en un apellido, puedan vivir hoy lo que en su día no pudieron".

Él quizá esta vez acabe por soltarla y se quede, porque así lo escoge, a vivir su soledad acompañada, renunciando finalmente al derecho de llamarla "cariño". Ojalá.


Si en realidad quieres hacer algo, nadie puede detenerte. Si en realidad
no quieres hacer algo, nadie puede ayudarte. 
<Dave Sim>

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