jueves, 8 de noviembre de 2018

Bloguiversario #9


Así bautizaron hace un año mis alumnas de tercero de secundaria (hoy ya graduadas y en la prepa y muy extrañadas) al "aniversario del blog". Hoy hace, pues, nueve años desde aquella primera entrada.

Contando la entrada de hace tres días, las estadísticas de blogger me dicen que hay 2,373  publicadas y 146 borradores (2,519 en total). Luego hay muchos más números que no acabo de entender del todo. Y blogger lleva un registro, también, de las veces que alguien ha visitado cada entrada.

Al principio, las visitas no llegaban ni a 10. En los últimos años, alguna ha llegado más allá de las 300; alguna otra, más de las 200, y unas cuantas más, por ahí de las 100. Hace algunos meses que, en promedio, 50 personas visitaban una entrada (un mundo de gente para mí). De pronto, en los últimos días, parece que hubiéramos vuelto al principio, cuando alcanzar 20 vistas era todo un logro.

Así es la vida del blog y, en realidad, poco importa (aunque al ego le escueza un poco) porque el espacio que me brinda va más allá de cualquier conteo.



A través del blog, me amigo conmigo misma (como ilustra Molly Hahn en este Buddha doodle de hace unos días). Con lo que me gusta y lo que no. Con lo que me asusta y lo que me entusiasma. Con lo que me conmueve, para bien o para mal. Con lo que me aterra. Con lo que no entiendo. Con lo que creo que entiendo y resulta que no tanto. Con las imágenes que me regalan mis ojos o mi intuición y que se hacen palpables a través de mi camarita rosa.



Como este sol de tarde que enciende unas hojas en Chimal:










Y así me amigo con el mundo, aun cuando me desamigue con alguno en el camino. Recorro las cuatro estaciones cada año. Los colores recurrentes. Y los nuevos. Me encuentro con algunos. Me desencuentro. Nos reencontramos. Y nos reconocemos. O no. Escribo, que es lo que más me gusta hacer en la vida. Y, a veces, converso con quien se pasa y me deja un comentario (haciéndome inmensamente feliz).

2 comentarios: