lunes, 12 de agosto de 2019

*2*3*






Así empezamos la (pre)celebración ayer de tu cumpleaños, changuito, que es hoy. Con el sol en los ojos y un encuadre típico de selfie. ¡Y por primera vez con Yare (aunque parezca que ha estado aquí desde siempre)!

Así vas, pues, con paso seguro —a veces más, a veces menos, como nos pasa a todos— caminando por la vida. Ahora inicias la carrera donde haces lo que más te gusta (leer y escribir) y has iniciado, también, una relación amorosa, acompañando y en compañía. ¡Me alegro tanto! Y me alegro también de poder estar a tu lado, más o menos cerca.




Y así como ayer los planes fueron cambiando y acabamos celebrándote de manera imprevista, así  hay que hacer en la vida a veces: cambiar de juego (como nos ha enseñado Yare) e irnos acomodando según se presenten las circunstancias.




Con un pastel de pingüino/torma y unas galletas que se prestaron para sostener cinco velitas (la suma de los dígitos de los años que cumples), por ejemplo.

Que la vida te sonría siempre (o casi) y que cuando no te sonría, encuentres la fuerza, la compañía, el amor y la confianza para volver a sonreír tú.


Te quiero. 



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