lunes, 31 de julio de 2023

Invitado: Thrangu Rinpoché

 

Sé gentil al juzgarte a ti mismo


Deberíamos ser bastante gentiles cuando nos juzgamos a nosotros mismos y recordar que los hábitos contra los cuales estamos luchando vienen desde un tiempo sin comienzo y son muy fuertes. Así que, de tiempo en tiempo, habrá alguna recaída, pero a la larga, hay progreso y mejoría. Además, recuerda que incluso haber entrado por la puerta del Dharma, tener la intención de reducir nuestras emociones perturbadoras o estar preocupados por las emociones perturbadoras es asombroso porque la mayoría de la gente inmersa en el samsara nunca siquiera piensa en esto.


como un sueño, como una ilusión: luna pasajera entre nubes pasajeras

















Original en inglés y fuente, aquí.
Traducción al español e imagen, mías.

jueves, 20 de julio de 2023

perla (5) • Milarepa •


Between two thoughts, there is a Buddha.


*


Entre dos pensamientos, hay un Buda.


entre dos ramas hay un ave

Regalo de S.St. durante el Instituto de Verano Nitartha. Traducción de la cita e imgen, mías.


miércoles, 19 de julio de 2023

perla (4)


 What you can pin down is samsara.*


°


Lo que puedes precisar (o definir o delimitar) es samsara.*


*samsara = en la tradición budista, ciclo de nacimiento, vida, muerte y reencarnación caracterizado por el sufrimiento, cuya base es el apego a un yo, ultimadamente inexistente 

                                                                                                 

De una clase buenísima, hace unos días con K.B.









                                                                                                              

Traducción de la cita e imagen, mías.   


viernes, 14 de julio de 2023

Invitado: Dzogchen Ponlop Rinpoché


En el budismo, no importa quién seas —hombre, mujer, hetero, gay, lesbiana, transexual—. No se trata de esas cuestiones; se trata de cómo trabajas con tu mente. Si tienes una mente, entonces ya sea hetero o gay o lesbiana o lo que sea no importa: la naturaleza de la mente es la naturaleza de la mente. Si la naturaleza de la mente es iluminada, entonces ahí lo tienes.


amanecer entre nubes, seas quien seas








Original en inglés, aquí. Traducción al español e imagen, mías.


jueves, 6 de julio de 2023

t r o l e bús


Esta foto de la parada del trolebús que recorre el camino entre Katmandú y Bhaktapur, en Nepal, con su respectivo vehículo (o par de vehículos), la tomó en 1975 Daniel W. Edwards, a quien no cozco de nada. Me encontré la imagen en la red hace un par de meses y la guardé porque me encantan los trolebuses y porque tengo la aspiración de ir a Nepal algún día, en esta vida si se puede. 

La RAE define así "trolebús" y, además, indica los orígenes del término:

Del fr. trolleybus, y este del ingl. trolley bus.

1. m. Autobús de tracción eléctrica que toma la corriente de cables aéreos por medio de un trole.

Y claro, busqué "trole", que es, ni más ni menos:

Del ingl. trolley 'carretilla'.

1. m. Conjunto de pértigas que sirven para transmitir a los vehículos de tracción eléctrica la corriente de los cables conductores aéreos.

O también es la voz que resulta de acortar "trolebús", aunque el diccionario dice que es poco usada. Y eso de que "trolley" en inglés sea carretilla, quizás, pero también se refiere, precisamente, a un tranvía eléctrico alimentado mediante un trole o al dispositivo mismo que lo alimenta

Yo de muy joven, apenas adolescente, empecé a tomar el trolebús para ir a mis clases de francés en la Alianza Francesa de San Ángel en la Ciudad de México, que entonces era el DF. No me acuerdo dónde lo tomaba exactamente, quizás en Vertiz, aunque esa avenida no estaba tan cerca de casa de mis papás, y me dejaba en Insurgentes, muy cerca de la alianza. Recuerdo (vagamente) que la primera vez que hice el recorrido me acompañó mi mamá para mostrarme cómo se hacía y por dónde iba el trolebús, dónde debía tomarlo y dónde bajarme. Tendría, quizá, 13 o 14 años o quizá menos. Sé que empecé de bastante pequeña a estudiar francés, con un curso para niños llamado Bonjour, Line. Y luego seguí hasta llegar a un curso avanzado de literatura donde leímos a Zola en francés (increíble, pero cierto) y luego casi se me olvidó por falta de práctica. Aunque eso sí, si me emborracho, recupero la fluidez. 

Los trolebuses que me llevaban al francés eran, casi seguro, color naranja. No se llenaban demasiado y el viaje ha de haber costado unos cuantos centavos, no creo que alcanzara el peso (35 centavos, dice el internet, que luego subieron a 50 y 60 centavos cuando se remodelaron; hoy cuesta 7 pesos viajar en estos carros eléctricos).  Recuerdo que una vez que pagabas te daban un boleto rectangular, angosto, de papel casi transparente que tenía letras naranjas y un logo con un círculo, un triángulo y un cuadrado. Yo los conservaba y los usaba como marcadores de libros. Quizá en algún cajón de mi casa quede aún alguno, como detenido en el tiempo. Escribiendo esto, me puedo conectar con la sensación de seguridad que me daba viajar en trolebús, entre el suelo y el cielo. Y con el nerviosismo, producto de la alerta-miedo de perderme la parada para bajar e ir a parar quién sabe dónde.

En una ocasión me fui de pinta de las clases de francés con mi amiga Rocío. Nuestra gran escapada fue ir a visitar el monumento a Álvaro Obregón, muy cerca de la alianza, donde se podía ver la mano del prócer en formol, a sight to see sin duda. No recuerdo si mi madre se enteró, si me regañaron o si me castigaron. Era tan bien portada, que algo así rozaba la criminalidad.

No recuerdo haber vuelto a tomar trolebuses después de ello, quizá en alguna ocasión hoy perdida en los pliegues de mi memoria, pero sí que me gusta, verlos y fotografiarlos, cuando me los topo, que es rara vez.

Y hace ya prácticamente 9 años visité (increíble, pero cierto) en la Ciudad de México una especie de museo del trolebús, que por supuesto no se llama así, sino más bien Museo del Servicio de Transportes Eléctricos. (Lo que hace una en aras del amor o del apego o de lo que sea...) De allá y entonces conservo alguna foto simpática de uno de los bichos más antiguos:









Y de algún ejemplar más moderno en pleno centro histórico de la ciudad, junto al Palacio de Bellas Artes:


martes, 4 de julio de 2023

Invitado: Chamtrul Rinpoché


Si puedes entender que a lo largo del samsara sin comienzo, todos los seres sensibles han sido tu madre en el pasado, y cada uno de ellos te ha amado y cuidado, esto te ayudará a cultivar ecuanimidad hacia todos ellos.

Si también puedes entender que, en última instancia, todos los seres sensibles no son diferentes a ti, ya que ellos también tienen naturaleza búdica y todos quieren ser felices y nunca quieren sufrir, esto te ayudará a cultivar una ecuanimidad aún mayor. 

Enfocándonos en estas similitudes profundas, en lugar de enfocarnos en las diferencias superficiales que nos apartan, la ecuanimidad surgirá con facilidad. Se sentirá como que en el nivel más profundo, cada ser sensible sin excepción es una parte igual de una familia grande. 

Cuanto mayor sea tu ecuanimidad, mayor serán tu amor y tu compasión hacia todos ellos, sin importar quiénes sean, sin importar dónde estén, sin importar qué forma tengan, y sin importar si previamente los habías considerado extraños o incluso enemigos.

frutos de guamúchil al sol


Original en inglés, aquí.
Traducción al español e imagen, mías.

domingo, 2 de julio de 2023

de a v i s p as y otros parientes


Cuando salgo a caminar en las mañanas, voy con los ojos bien abiertos, aunque sueltos, libres. Así, me encuentro con flores, frutos, reflejos, nubes y una variedad de animales —desde gatos, lagartijas e incluso una rana que hoy vi saltar a la alberca del fondo—, hasta múltiples insectos. 


A veces tengo la suerte de capturarlos con mi camarita rosa, que me sorprende con composiciones como esta avispa sobre una planta de higuerilla en flor:


Y entonces me pongo a trapichear por el internet y aprendo cosas. Como que las avispas son insectos himenópteros, lo cual quiere decir que son bichos masticadores y lamedores a la vez. O sea, que su boca tiene mandíbulas y una especie de lengüeta en el extremo del abdomen. 

Y sí, cuando leí la definición de "himenóptero" en el diccionario, me quedó la duda de si la lengüeta forma parte de la boca o no, pues la redacción no era del todo clara. (No debe ser tarea fácil esa de inventar definiciones, digo yo.)

Buscando en otras fuentes (como esta), medio aclaré que sí es la boca la que mastica y lame. En los grupos más avanzados, como las abejas, el labio y la maxila son los que forman esa especie de lengua con la que absorben líquidos. Al final del abdomen, las hembras tienen un ovipositor, estructura para poner sus huevos que, en los grupos más evolucionados (sí, podríamos abrir una discusión sobre los términos "avanzado" o "evolucionado") se transforma en un aguijón venenoso. 

Los himenópteros se caracterizan también por tener dos pares de alas membranosas, que en las hormigas solo se presentan en las castas reproductoras (reina y machos). (Y sí, apetece también reflexionar sobre castas y poder y discriminación y así, pero lo dejaremos para otro espacio o para que alguien más lo retome). Y resulta que las alas posteriores son más pequeñas y se mantienen acopladas a las anteriores, cuando vuelan, mediante unos ganchitos llamados hamulus, en singular, o hamuli, en plural.

En mi balcón, me visitan con bastante frecuencia las avispas —las huachichilas que les decimos por estos lares, avispas rojas en otros—. Sospecho que están anidando en el hueco donde vive el foco que alumbra el espacio de noche, aunque no estoy segura.

Cuando las veo, pienso en mi maestro.