Puede contener también la Navidad. No sé por qué ahora con mayúscula. Será porque estoy lejos de casa. Porque será la segunda vez en la vida de Santiago que no la pasamos juntos. Aunque no sea mi celebración favorita (más bien me gusta poco), a la distancia de quienes quiero, se siente con más intensidad. Quizá sea solo la intensidad de la ausencia. Saber que no vamos a ver juntos la última peli de Star Wars en el cine VIP de Cinépolis. Pero en cambio, me voy con amigos mexicanos cercanos que ahora están viviendo en Lyon, en el país vecino. Y lo que más se me antoja es dar y recibir abrazos, muchos abrazos y apapachos de navidad, de año nuevo, de amistad, de gusto.
Porque sí nomás.