domingo, 2 de julio de 2023

de a v i s p as y otros parientes


Cuando salgo a caminar en las mañanas, voy con los ojos bien abiertos, aunque sueltos, libres. Así, me encuentro con flores, frutos, reflejos, nubes y una variedad de animales —desde gatos, lagartijas e incluso una rana que hoy vi saltar a la alberca del fondo—, hasta múltiples insectos. 


A veces tengo la suerte de capturarlos con mi camarita rosa, que me sorprende con composiciones como esta avispa sobre una planta de higuerilla en flor:


Y entonces me pongo a trapichear por el internet y aprendo cosas. Como que las avispas son insectos himenópteros, lo cual quiere decir que son bichos masticadores y lamedores a la vez. O sea, que su boca tiene mandíbulas y una especie de lengüeta en el extremo del abdomen. 

Y sí, cuando leí la definición de "himenóptero" en el diccionario, me quedó la duda de si la lengüeta forma parte de la boca o no, pues la redacción no era del todo clara. (No debe ser tarea fácil esa de inventar definiciones, digo yo.)

Buscando en otras fuentes (como esta), medio aclaré que sí es la boca la que mastica y lame. En los grupos más avanzados, como las abejas, el labio y la maxila son los que forman esa especie de lengua con la que absorben líquidos. Al final del abdomen, las hembras tienen un ovipositor, estructura para poner sus huevos que, en los grupos más evolucionados (sí, podríamos abrir una discusión sobre los términos "avanzado" o "evolucionado") se transforma en un aguijón venenoso. 

Los himenópteros se caracterizan también por tener dos pares de alas membranosas, que en las hormigas solo se presentan en las castas reproductoras (reina y machos). (Y sí, apetece también reflexionar sobre castas y poder y discriminación y así, pero lo dejaremos para otro espacio o para que alguien más lo retome). Y resulta que las alas posteriores son más pequeñas y se mantienen acopladas a las anteriores, cuando vuelan, mediante unos ganchitos llamados hamulus, en singular, o hamuli, en plural.

En mi balcón, me visitan con bastante frecuencia las avispas —las huachichilas que les decimos por estos lares, avispas rojas en otros—. Sospecho que están anidando en el hueco donde vive el foco que alumbra el espacio de noche, aunque no estoy segura.

Cuando las veo, pienso en mi maestro.


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