A veces creo enfocar algo con mi cámara. Una flor. Y resulta que la flor no se deja enfocar. O la cámara prefiere enfocar la puerta de una terraza. Y las persianas detrás. Y el reflejo de otra planta. Cuatro hojas apenas sobre una rama pelona.
A veces creo que algo es importante. Y resulta que no lo es tanto. Que no soy tan importante. Que aquella discusión lo era todavía menos. Y aquel amor, también. O tampoco.
A veces pierdo el tiempo en el Facebook y me encuentro un video. Y me quedo viéndolo. Y me enamoro de Paul Auster. A quien no he leído. Pero quien ya me ha contado varias historias. Con esa voz suya tan hermosa. Me recuerda que las historias de todos, de cualquiera, son dignas de contarse.
A veces escribo cosas que no tienen relación.
Como salir al mundo cualquier día de otoño, que parece invierno.
Y que a medio día te quema la piel.
A veces.