La RAE propone 24 acepciones para el sustantivo gato1, ta Del lat. tardío cattus y consigna, también, 22 tipos de gatos más (tanto animales como mecánicos o inertes, digamos), 20 locuciones sustantivas o verbales y expresiones más o menos coloquiales donde se utiliza el vocablo, y 14 enlaces a otras palabras a las cuales se une un gato o una gata o unos gatos mediante la preposición de para formar otras tantas expresiones. Versátil el animalito, pues.
Escojo algunas por puro gusto.
La primera es casi un cuento:
1. m. y f. Mamífero de la familia de los félidos, digitígrado, doméstico, de unos 50 cm de largo desde la cabeza hasta el arranque de la cola, que, por sí sola mide unos 20 cm, de cabeza redonda, lengua muy áspera, patas costas y generalmente pelaje suave y espero, de color blanco, gris, pardo, rojizo o negro, empleado en algunos lugares para cazar ratones. U. en m. ref. a la especie.
Y las tres que siguen, curiosas:
2. m. y f. coloq. Persona nacida en Madrid.
3. m. y f. C. Rica y Nic. Persona que tiene los ojos verdes y azules. U. t. c. adj.
4. m. y f. despect. coloq. El Salv. y Méx. servidor (‖ persona que sirve como criado).
Y luego me llamaron la atención:
19. f. Nubecilla o vapor que se pega a los montes y sube por ellos como gateando.
Como un poema de bonita, y
21. f. coloq. Ál. Oruga grande de pelos largos y erizados, con dos apéndices en el último anillo.
¿Será que los apéndices parece orejas gatunas?
Entre las expresiones descollaron:
cuatro gatos
1. m. pl. despect. Poca gente y sin importancia.
o
gata de Juan Ramos, o gata de Mari Ramos
1. f. coloqs. Persona que disimuladamente y con melindre pretende algo, dando a entender que no lo quiere.
Aunque el diccionario no cuenta su origen.
Y esta introducción solo para hablar de dos gatitas callejeras, sin nombre o cuando mucho "Las Niñas", para Santiago y Yare, que empezaron ellos a alimentar cuando la pandemia y de las que ahora me encargo yo cada mañana.
Suponemos que la más pequeña es la madre y la más grande, la hija. Hace un tiempo colaboramos con una campaña para esterilizarlas y vecinos van y vienen que apoyan su manutención. Hace poco tuvimos que cambiar el lugar donde las alimentamos para intentar romper su hábito de subirse a tomar el sol en alguno de los audis de un vecino muy poco amable que ha llegado aun a amenazarlas por el "daño" que le hacen a sus autos. Así que entre la hija de mi vecina del primero y yo les fuimos corriendo el plato con comida, que solíamos poner bajo las escaleras del edificio, hasta el jardincito adyacente, junto a unos plátanos. Con trabajo y constancia, logramos que se habituaran al nuevo sitio, pero eso de no subirse a los audis ya es otra cuestión:
Parece que no hay mejor lugar para ellas donde tomar el sol o descansar por la tarde. Yo las suelo encontrar aquí, o en el audi azul, cada mañana, y las insto a bajarse antes de darles de comer, pero en cuanto pueden vuelven a instalarse sobre alguno de los quemacocos. A mí me encantan, por bonitas, porque me siguen cuando bajo con el plato con comida, porque no hacen demasiada alharaca y esperan pacientes para acercarse al plato. Me conmueve verlas en todo momento pendientes de algún posible predador y me enternece que casi siempre anden juntas, acompañándose. De pronto, la más grande agarra camino y no se aparece en unos días y entonces, claro, me preocupo. Pero al poco tiempo regresa. Y por ahí se les une también "El Chillón", imposible no nombrarlo por sus insistentes maullidos, aunque también se le conoce como "Benito", gracias a unos vecinos. Me cae menos simpático, por su voz penetrante y porque no sé cómo le hace pero se acerca primero al plato y las hace esperar. (¿Será por ser macho alfa o algo así?). Pero bueno, también tiene su gracia cuando se pasea por la delgada barda o se posa en ella en perfecto equilibrio:
Así la vida animal en el condominio. Y sí me cuesta aceptar que no a todas las personas les agraden los inquilinos no humanos. Qué se le va a hacer...