Experimentar la bondad básica de nuestras vida nos hace sentir que somos personas inteligentes y decentes y que el mundo no es una amenaza. Cuando sentimos que nuestras vidas son genuinas y buenas, no tenemos que engañarnos ni engañar a otros. Podemos ver nuestras imperfecciones sin sentirnos culpables ni inadecuados y, al mismo tiempo, podemos ver nuestro potencial para extender nuestra bondad a otros. Podemos decir la verdad directamente y ser absolutamente abiertos, pero firmes al mismo tiempo.
Khandro a punto de tomar agua |
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