La mayor parte de los conflictos entre las personas deriva de un malentendido de los motivos de cada quien. Todos tenemos nuestras razones para hacer lo que hacemos y decir lo que decimos. Entre más permitimos que nos guíe la compasión —hacer una pausa momentánea e intentar ver de dónde proviene la otra persona— menos probable será que entremos en conflicto.
Traducción al español, mía.
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