sábado, 1 de abril de 2023

bodhisattva en la carretera


Ayer iba de camino a Tepoz a mi cita con la dentista, cuando me di cuenta que algo fuera de lo común sucedía con un animal en la carretera. Es común que haya, sobre todo, perros callejeros que suelen ser muy hábiles para cruzar y, de vez en cuando, una se encuentra con el cadáver de alguno de ellos que tuvo menos suerte.

Pero ayer, a mitad del camino, había un perro intentando caminar hacia la orilla con sus dos patas delanteras y sin éxito. Probablemente, recién lo había atropellado un coche y ni la cadera ni las patas traseras le respondían. Había varios otros canes pendientes de la escena.

Yo me sentí cimbrada, bajé la velocidad (además, había un tope), pero lo primero que pensé es que mi dentista me esperaba en Tepoz y no tenía tiempo de nada. O sea, se me cerró el corazón. Casi al mismo tiempo, un auto blanco se paró justo al lado del animal herido, puso sus luces intermitentes y se bajó a recogerlo. Me sentí aliviada por el gesto de ese hombre de camisa blanca. Y profundamente conmovida (se me llenaron los ojos de lágrimas al ver su compasión].

Sin duda fui testigo de la acción pronta, incondicional y precisa, de un bodhisattva en la carretera.

Les dejo aquí al rescatador y al rescatado estas flores que me encontré en el camino de regreso, con mi aspiración de que encuentren la felicidad y estén libres del sufrimiento:







2 comentarios:

  1. Me ha pasado y he sentido está gratitud por la compasión de otro😞

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    1. Qué rico espejearnos en nuestras experiencias y en nuestro camino 🥰

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