Antes del atardecer, bajo por una calle empinada. El sol me sorprende iluminando las nubes desde atrás. Los bordes se encienden y el centro se torna gris oscuro.
Cuando vuelvo a alzar la mirada, el resplandor casi me enceguece. Un instante después la penumbra se acerca sigilosa. Ha empezado el anochecer.
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