Estoy de acuerdo, David. Algo así pensaba cuando escribí el texto. Quizá lo más doloroso sea descubrir que alguien a quien considerábamos amigo pueda darnos una puñalada: quedan entonces el dolor del cuchillo y el dolor de la pérdida. Lo bueno es que cuando las lágriams fluyen, encontramos alivio y reconectamos con los amigos verdaderos, que -como nosotros- pueden herirnos sin querer, pero entonces encuentran la manera de sanar la herida, curando y quizá incluso profundizando la relación. Un abrazo de fin de semana que parece ya más verano que primavera...
Amigo: Dícese del que no da puñaladas.
ResponderBorrarPuñalada: (Léase : No amigo).
Un abrazo de viernes ansiado Adela,
David.
Estoy de acuerdo, David. Algo así pensaba cuando escribí el texto. Quizá lo más doloroso sea descubrir que alguien a quien considerábamos amigo pueda darnos una puñalada: quedan entonces el dolor del cuchillo y el dolor de la pérdida. Lo bueno es que cuando las lágriams fluyen, encontramos alivio y reconectamos con los amigos verdaderos, que -como nosotros- pueden herirnos sin querer, pero entonces encuentran la manera de sanar la herida, curando y quizá incluso profundizando la relación.
ResponderBorrarUn abrazo de fin de semana que parece ya más verano que primavera...