miércoles, 1 de febrero de 2012

Sacrilegio

para Gina por inspirarme el título

La consigna fue pensar en un personaje (literario, cinematográfico, de la vida real) a quien me hubiera gustado tener como mi padre en caso de haber podido escoger. No dudé ni un segundo: Sully, el monstruo azul de la película Monsters Inc.de Disney-Pixar. ¿Por qué Sully? Por amoroso, tierno y protector, porque ponía el bienestar de Boo, la niñita que se ganó su corazón y le enseñó el valor de la risa, antes que el suyo. Hasta al mismo abominable hombre de las nieves (que en esta versión era bastante adorable) estuvo dispuesto a enfrentar por salvar a su pequeña y cuando hubo de desprenderse de ella para protegerla, lo hizo a pesar de su dolor y guardó como el tesoro más preciado el dibujo que ella había hecho de ambos y el trocito de la puerta de su cuarto que hubo de destruir. Y qué felicidad la suya cuando su mejor amigo, el monstruo verde, logró reconstruir la puerta permitiéndole a Sully reunirse nuevamente con Boo: "Gatito...".

Escribiendo ahora me leo cursi y no me importa. Qué no habría dado yo porque mi padre, a quien quise mucho
a pesar de todo, hubiera sido protector (cariñoso lo fue) y, sobre todo, que no hubiera sido ambiguo y confuso en la expresión de su amor paterno.

Y, sí, me declaro culpable del cargo de sacrílega por cometer
una "lesión o profanación de cosa, persona o lugar sagrados" al pensar en que podría haber tenido un mejor padre del que tuve. Tengo, además, la clara conciencia de que tampoco soy perfecta: Quizás algún día sea mi hijo quien piense en alguien que podría haber hecho mejor mi papel.

Ojalá por lo menos podamos platicarlo antes que me lleve la muerte.

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