domingo, 5 de agosto de 2012

Amistad 16

mate, taza y copa en mi comedor

Mariel:

Respondo hoy a tus palabras de hace ya más de un mes, a propósito de un día nublado en Cuernavaca. Entonces me preguntabas si aún tomo mate, al menos en tu nombre. Lo cierto es que aún tengo yerba, aunque el sabor a naranja se desvaneció, pero sospecho que no alcancé la mayoría de edad durante nuestro tiempo juntas y ni me sabe ni sé realmente cebarlo solo para mí. Con algún otro amigo argentino, sí que nos tomamos alguno aunque él le añadió azúcar y yo me imaginaba tu cara ante tal sacrilegio. El mate que me trajiste hace años sigue acompañando, silente, mis días y ahora por las noches, me preparo un mate cocido para acostarme, antes de que la yerba se haga más vieja y pierda todo sabor. Y te pienso y te extraño y me gustaría vernos para charlar. Y aprendo a disfrutar del sabor agridulce de la amistad a distancia, inventando maneras de que el cariño nacido de la compañía no se debilite ahora que para mí es verano y para ti, invierno. Así que a tu salud, un mate con más palabras que yerba, que con ellas soy mejor cebadora. Te quiero.

1 comentario:

  1. Gracias!!!!!HErmoso regalo!!!!
    Me hiciste llenar de lágrimas, así que ahora no puedo escribir mucho porque se me nubla la pantalla.
    También te quiero un montón

    ResponderBorrar