Algunas instituciones bancarias proponen ciertas medidas de seguridad para la protección de sus usuarios (y sí, más de uno podría preguntarse de quién es de quien en realidad habría que defenderse pero hoy no estoy en ese humor). La mayoría implica recordar datos que se supone solo el usuario en cuestión podría saber. En una de las dos cuentas que tengo, además de nombre y contraseña, me piden una "fecha memorable". Yo escogí el día del nacimiento de mi madre, Marta Cecilia, que celebraba su cumpleaños junto con la patrona de la música, o sea, un día como hoy, 22 de noviembre. De estar viva, cumpliría la friolera de 78 años. Difícil me resulta imaginármela así.
Mi "fecha memorable", además de aportar la seguridad de que cada vez menos personas la recordarán (supongo que mi hermano y algunas tías nuestras), es un medio, extraño quizás, de preservar una conexión que en vida de ella fue compleja y aun dolorosa, de conjurar una presencia que a mis casi 50 años me sigue haciendo falta, unos días más que otros, de seguir curando una vieja herida que a veces parece no haber cicatrizado del todo, de hacer las paces con un hueco tan conocido como imposible de llenar...
Que dondequiera que estés, puedas encontrar, ma, la felicidad y la paz que parecían escurrírsete entre los dedos, quizá por haberlos tenido demasiado apretados por el miedo. Te quiero.
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