viernes, 22 de marzo de 2013

tristeza 2

Ya en otro lugar, no hace mucho, habíame yo asomado al significado de este término, amén de que el sentimiento ha sido compañero fiel durante muchos, muchos años. Pero hoy, a dos semanas exactas de mi cumpleaños número 50 (no sé qué manía me ha agarrado con este aniversario), visito la tristeza de nuevo, de muy nuevo pues la experiencia se me ha transformado.

Hoy, por primera vez en mis cinco décadas de vida, estoy viviendo la tristeza de un modo expansivo, sí tristeza expansiva. Es algo que ni siquiera había imaginado. Para mí, la tristeza había sido siempre sinónimo de constricción, de falta de aire, de corazón apretado. De depresión, de melancolía oscura, de túnel sin salida.

Hoy me encuentro, sorprendida, con una tristeza que es espacio, con un espacio lleno de espacio, de aire, de luz, sin entradas ni salidas —no hacen falta. El llanto dura poco y se transforma en un gozo tranquilo, donde el dolor está presente, pero no como dueño y señor de la situación, sino solo como un elemento más en la vastedad del momento. Y las expectativas se reducen a su mínima expresión, sin necesidad de combatirlas, por el mero hecho de reconocerlas y soltarlas.

Gracias a r.m., en cuya compañía encontré ese lugar, sin proponérmelo siquiera.

1 comentario:

  1. Fifties are the new thirties... you will soon find that out.
    From a fifty year older that loves you a lot!

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