Sin entender el karma, tendemos a ver nuestra vida en términos de decisiones y actividades que podemos identificar, lo cual refuerza el egocentrismo. Las enseñanzas sobre el karma proponen que hagamos nuestro mejor esfuerzo cada momento y confiemos en el desenlace positivo de las acciones positivas, el cual nunca vemos o conocemos. No nos enfocamos en el resultado, ni buscamos recompensas externas por nuestra buena conducta. Más bien aprovechamos nuestra existencia humana para cultivar una mente que use cada oportunidad para orientarse más y más hacia la felicidad y la liberación para nosotros mismos y para los demás. Si podemos tener una idea de cómo funciona esto hora a hora, día a día, entonces podemos confiar en los beneficios a lo largo de lapsos largos.
Original en inglés, aquí.
Traducción al español, mía.
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