jueves, 2 de octubre de 2014
sueño 2.
Anoche soñé contigo, aunque aparecías entremezclado con quien fuera mi único marido. (Si escribiera en tercera persona, no tendría el impulso de pedirte una disculpa...) Estábamos en un hotel, rústico, de madera, simpático, quizá un poco parecido a las cabañas de Loreto. De pronto empezaba a caer una lluvia tupida de cenizas provenientes del Popo (de ese que no pudiste ver en persona) y los otros huéspedes y el personal del hotel entraban en pánico. Tú y yo permanecíamos en nuestra habitación mientras los demás se preparaban para salir huyendo. Sin dilación, empezábamos a cerrar ventanas y puertas y a poner toallas húmedas en las rendijas y, sobre todo, en un mosquitero que quedaba expuesto.
Cuando despierto no me acompañan ni tu olor ni la calidez de tu abrazo. En la radio suena el "Himno a la alegría" de Beethoven y yo me hago un mar de lágrimas.
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