Hace cinco años, publiqué mi primera entrada en este espacio. Varias condiciones confluyeron para llegar a este momento: La primera, mi vocación por escribir. Desde que recuerdo, he recurrido a las palabras escritas para tratar de encontrarle sentido al mundo a mi alrededor. Quizá a esta práctica le debo en gran medida no haber perdido la cordura a lo largo de mi vida. Después, ya en la era del internet, me encontré con el blog de quien más adelante se convertiría en una amiga, la poeta española Berna Wang. Leyéndola, me surgió la idea de abrir mi propio espacio virtual y así, me tiré a la piscina.
Por este espacio han desfilado desde entonces amigos, amores, llantos, sonrisas, aniversarios, maestros, fotos, canciones, recuerdos, pendientes, besos, silencios, tristezas, emociones, desengaños. Y con todos ellos yo me construyo, me desmorono, y vuelvo a aparecer, siempre distinta, siempre cambiante, siempre buscando y siempre acompañada, ora por unos, ora por otros, conocidos y desconocidos, reencontrados y perdidos.
Gracias, pues, a todos los que vienen y van, pasan, se quedan, regresan, comentan, se conmueven, permanecen. Y gracias, en particular, a quien ha sido compañero constante, cómplice, crítico, amigo, mi hijo Santiago, autor de este autorreflejo en casa de Ma. Eugenia, mi comadre, también compañera, cómplice, amiga desde hace tantos años:
También agradezco a quien entró al blog alguna vez como un ladrón o un voyeur, agazapado en la oscuridad del anonimato, queriendo saber en silencio algo más de mi mundo. Entonces, salía como había entrado, sin hacer ruido, como un ladronzuelo llevando entre sus manos un trocito de mis palabras o de una foto detallista. Más adelante entró por la puerta, como una visita esperada, y fue feliz leyéndolo y poniendo breves comentarios de mis reflejos, que a veces eran nuestros reflejos. Y ambos sentimos vértigo y hoy... hoy solo es hoy...
Y de regalo de cumpleaños, una canción que me presentó Santiago y que ha pasado a formar parte de la banda sonora original de mi vida:
I found out in the middle of a heartbeat
That the more I try to be your light
I can't get any closer to your heart
Vine, pasé, me quedé, me conmoví, permanezco.
ResponderBorrarMero
Gracias, por venir, quedarte, conmoverte y permanecer.
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