martes, 2 de junio de 2015

hallazgo 3


Me siento en la banca del jardín mientras espero. Un destello de luz captura mi mirada. Un brillo balanceándose. Una pavesa que se mece con el viento. Viaja por un hilo. Ahora se ve. Ahora no. El hilo lo tejió una araña, entre una planta y otra.

La telaraña existe solo cuando la luz la toca. Yo solo podía existir cuando la luz de la mirada de mi madre me tocaba. No me veía mucho. Siempre sentí que estaba al borde de la inexistencia.

Me ha pasado la vida buscando esa luz, esa mirada, que me haga existir. Me he pasado la vida buscando quien me ilumine, con amor, con desprecio, como sea. Intentando siempre una forma diferente de lograrlo. Ahora sí. Ahora no.

Descubro que ya no hace falta que lo siga haciendo. Mi madre murió hace más de diez años.

Hoy puedo romper la maldición.

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