viernes, 9 de septiembre de 2016
sueño 8.
Creerás que anoche volví a soñar que nos casábamos. Ahora, en Tepoztlán.
Desperté a media madrugada y supe, entonces, que había sido solo un sueño más. (Me debatí un instante entre quedarme en la cama para seguir soñando o ir al baño. Opté por lo segundo. Caminé entre azul y buenas noches, con tierrita en los ojos y tierrita en el corazón. Volví a la cama cuando el lazo con el deseo se había roto.)
Ya no sé quién es más necio, si mi inconsciente o yo. Pero hoy pude reírme de ambos, después de rozar y soltar una punzada, ligera, de nostalgia.
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