Cuando tú y yo hablamos
para Adela
Cuando tú y yo hablamos
bailamos la deliciosa danza del diálogo,
con mis pasos lentos y arrastrados, pa’delante y para atrás,
y tus pasos ágiles, que corren, brincan y vuelan,
salen chispas de entendimiento, sentimiento y luz.
Y allí en esa danza, se crea una hermandad, un alimento del alma,
satisfacción honda.
Pero a veces, cuando estoy mal y abajo y dentro de mí,
y tú estás como tren bala, a mil por hora,
me arrollas.
Tratas de sacarme del cubo, pero estoy atorada,
y el tren bala sigue su camino,
implacable,
mientras yo, pusilánime, derrotada,
me cierro, me ofendo y me voy.
Pero si lo veo y logro decírtelo,
y tú logras escuchar y ver,
evitamos el arrollamiento y el ofendimiento,
y volvemos a danzar.
Cuerna. 7 agosto, ’17.
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