Cuando te abres a la naturaleza dinámica, impermanente y continuamente cambiante de tu propio ser y de la realidad, aumentas tu capacidad para amar y cuidar a otras personas y tu capacidad para no tener miedo. Eres capaz de mantener tus ojos abiertos, tu corazón abierto y tu mente abierta. Y te percatas cuando te quedas enredado en los prejuicios, el favoritismo y la agresión. Desarrollas un entusiasmo para ya no seguir regando esas semillas negativas, desde este momento hasta el día en que te mueras. Y empiezas a pensar que tu vida te ofrece oportunidades infinitas para hacer las cosas de otra manera.
Original en inglés y fuente, aquí.
Traducción al español e imagen, mías.
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