Sin ambición
En la verdadera meditación, no hay ambición de agitar los pensamientos ni hay ambición de suprimirlos. Solo se les permite que ocurran espontáneamente y se vuelvan una expresión de la cordura básica. Se convierten en la expresión de la precisión y la claridad del estado despierto de la mente.
Tepozteco y cazahuate |
Original en inglés y fuente, aquí.
Traducción al español e imagen, mías.
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