Este no es en realidad mi disco favorito de Mecano, pero me gusta el diseño de la portada, fue el primero que tuve y es, además, una rareza: Me lo regaló mi hermano una Navidad, creo, hace miles de años. (Creo que tengo solo uno más, Aidalai, y la impresión de haber tenido en algún momento Descanso dominical.) Eso sí, mis 80, sobre todo, estuvieron marcados por su música, que marcaba también una brecha con los gustos de mis papás.
No recuerdo cómo empecé a escucharlos. Pero sí recuerdo haber bailado al ritmo de su canciones en alguna fiesta de la época de la facultad (en casa de mi amiga Claudia) o llorando junto a mi amigo Miguel Ángel en alguna noche de azote, escuchando "Me cuesta tanto olvidarte", del álbum Entre el cielo y el suelo, que es el que contiene mis temas favoritos, aunque nunca lo tuve físicamente.
Pasó el tiempo, terminó la facultad, los amigos nos fuimos separando y yo seguí escuchando a Mecano, aunque no volví a adquirir ningún disco más. Ya con Santiago, un amiga nos pasó, vía compu, dos recopilatorios de su música. Y cuando di clases en una prepa, uno de mis alumnos, metalero de hueso colorado, se burlaba de mí, en buena onda, diciéndome que seguro me gustaba Mecano, como a su mamá. Y sí. Así era.
Hoy vuelvo a ellos de repente, poco. Pero si alguna de sus canciones aparece en algún lado, siempre me provoca una sensación rica.
Entre sus rolas clásicas, "Cruz de navajas", "Hijo de la luna" o "Naturaleza muerta".
Aquí, las tres (¿por qué no?):
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