Bodhichitta última
Aferrándonos a la dualidad y teniendo apego, tendremos compasión por las víctimas y estaremos enojados con el perpetrador. Tendremos compasión por los pobres pero aversión por los ricos. Tendremos compasión por los débiles pero resentiremos a los poderosos. Tendremos compasión por la gente sin educación, pero no tendremos compasión por quienes disfrutaron de una educación. De este modo, nuestra compasión es parcial, que no es a lo que apunta la bodhichitta última. La bodhichitta última significa no tener prejuicios y no ser parcial. Tenemos que tener compasión ilimitada, esto es, debemos tener compasión por los perpetradores, los ricos, los poderosos, los educados, también, porque se convertirán en víctimas: se volverán pobres, débiles, sin educación y demás. Hemos visto suceder esto muchas veces en nuestra vida. Estas personas y seres crean las causas y condiciones para su propio sufrimiento y desdicha, y por lo tanto, tenemos compasión por ellos.
Bodhicitta, byang-chub-kyi-sems (‘mente despierta de gentileza amorosa y compasión’), es muy preciosa y no significa que sintamos lástima o menospreciemos a aquellos que son menos afortunados que nosotros. Por supuesto que deberíamos hacer lo que sea que podamos por aquellas personas o seres de quienes nos compadecemos. En el Vajrayana, tener compasión es mucho más profundo que eso. Significa saber que, en última instancia, todo el mundo es sagrado y puro.
Aferrándonos a la dualidad y teniendo apego, tendremos compasión por las víctimas y estaremos enojados con el perpetrador. Tendremos compasión por los pobres pero aversión por los ricos. Tendremos compasión por los débiles pero resentiremos a los poderosos. Tendremos compasión por la gente sin educación, pero no tendremos compasión por quienes disfrutaron de una educación. De este modo, nuestra compasión es parcial, que no es a lo que apunta la bodhichitta última. La bodhichitta última significa no tener prejuicios y no ser parcial. Tenemos que tener compasión ilimitada, esto es, debemos tener compasión por los perpetradores, los ricos, los poderosos, los educados, también, porque se convertirán en víctimas: se volverán pobres, débiles, sin educación y demás. Hemos visto suceder esto muchas veces en nuestra vida. Estas personas y seres crean las causas y condiciones para su propio sufrimiento y desdicha, y por lo tanto, tenemos compasión por ellos.
Bodhicitta, byang-chub-kyi-sems (‘mente despierta de gentileza amorosa y compasión’), es muy preciosa y no significa que sintamos lástima o menospreciemos a aquellos que son menos afortunados que nosotros. Por supuesto que deberíamos hacer lo que sea que podamos por aquellas personas o seres de quienes nos compadecemos. En el Vajrayana, tener compasión es mucho más profundo que eso. Significa saber que, en última instancia, todo el mundo es sagrado y puro.
Ser imparcial no significa que no escuchemos sonidos, no veamos cosas, no hablemos y no hagamos nada. Escuchar, ver, hablar y hacer cosas no es el problema, más bien, aferrarse a las cosas es el problema. Shri Tilopa le dijo a su discípulo del corazón Naropa: "Hijo, no es por las apariencias que estás encadenado, sino por el aferramiento". Así que, intentamos no estar apegados y no aferrarnos a las cosas e intentamos no rechazar nada. Puesto que todo es una manifestación de las cinco sabidurías, ¿cómo podemos aferrarnos a algo o rechazarlo? Si lo hacemos, se convierten en las cinco contaminaciones, los cinco venenos. Debemos de soltar el aferrarnos o rechazar las cosas y solo estar en el estado primordial y no dual de libertad y apertura. Pero, ¿cómo podemos hacer esto? Teniendo compasión incondicional e ilimitada, devoción, determinación y dedicación a la iluminación de todos los seres sensibles. Si tenemos estas cualidades de Bodhichitta, entonces, así como las flamas y el humo de un fuego se alzan naturalmente —libres de intención—, tendremos compasión pura, devoción pura, y dedicación completa. Entonces todo estará bien y avanzaremos naturalmente.
Original en inglés y fuente, aquí.
Traduccion al español e imagen, mías.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario