martes, 16 de diciembre de 2025

No me interesa


Texto inspirado en la canción del Sylvia Meyer (amada cantante uruguaya) del mismo título:




No me interesa si las acciones en la bolsa suben o bajan. No me interesa saber las fluctuaciones de las monedas. No me interesa el último aifon, ni aipad ni kindel. No me interesa el coche del año. No me interesa saber cuál es la mejor crema antiarrugas ni el champú que me dejará el pelo más brillante No me interesan las estadísticas ni los 10 pasos para tener éxito. No me interesa el futuro de la inteligencia artificial. No me interesa saber por qué M no me saludó en el concierto de M. Es triste, pero en realidad no me interesa casi nada de lo que Marisa tenga que decir. No me interesa ahorrar dinero para hacer un viaje espacial. Nome interesa ser la primera ni la más esto o aquello. No me interesa competir con otres. No me interesa ser influencer ni tener poder ni alcanzar los mil o 10 mil o 100 mil seguidores en instagram. No me interesa remodelar mi casa ni cambiar mi televisión ni comparar un teléfono listo. Ni siquiera me interesa regalado. No me interesa, dejó de interesarme, lo que M y las Eles piensan de mí. No me interesa, dejó de interesarme, complacer a las personas para que me quieran. Dejó de interesarme que le pelo me quede bien todos los días, aunque me encanta cuando me queda bien. En modo Medusa, me dije al verme al espejo, no despectivamente pero sí con juicio. Antes odiaba cuando me quedaba el pelo como a Riquete el del Copete de ese horrible cuento infantil (Riquet à la houppe, en francés). Es increíble la cantidad de cosas espeluznantes que he sido capaz de decir de mi pelo, de mi apariencia. Tuve a la mejor maestra en este arte: mi mamá. Cada vez que me pongo un sombrero digo que parezco un condón y suena chistoso, pero es triste que haya pasado tantos años denigrándome a mí misma. Cuando empecé a visitar a Marisa mi prima después de que ya no vivía con ella, siempre tenía un comentario desagradable como mi mamá: te cortaste el pelo, se te veía mejor largo; te dejaste crecer el pelo, se te veía mejor corto. Y yo aprendí a decirme todos esos errores (lapsus por horrores). Parezco champiñón o piñata o perro lanudo...

Y cierro con mi canción favorita de Sylvia Meyer nomás para consentirme, "Juana de Arco en la ducha",
hoy 16 de diciembre, cuando mis papás me celebraban mi santo: 



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