martes, 29 de junio de 2010

Para Berna

La piel de tu vientre se pliega sobre sí misma, con tranquilidad, sin prisa.
De tus manos nacen plumas de pavo real.
Tu cuerpo así, al descubierto, me recuerda aquella figura de marfil que
una tía me trajera de la tierra de tus padres años ha.

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