lunes, 5 de julio de 2010

Le presté un chal a mi mejor amiga porque tenía frío. (Yo no sabía que a mi edad todavía podía tener una mejor amiga.) Su perfume quedó impregnado en la tela. Hoy me acompañó su olor, como si estuviera ella a mi lado todo el día.

3 comentarios:

  1. Los amigos son amigos con frío o sin el. Y comprobado: cada nuevo año adecenta los cimientos de una vieja amistad.
    No hubiese podido plasmar jamás esa sensación de llevar prendida una camiseta de un amigo. Me trasladó usted años atrás, años de camisetas prestadas...

    Hoy me acompaña el olor de sus palabras...

    Nos seguimos leyendo, ahora en otro espacio. El mismo, pero con una camisa distinta.

    Siempre un abrazo,
    Db.

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  2. Y, como siempre, un gusto reencontrarte... (Confieso que me asusté cuando te creí perdido...)
    Un abrazo más en esta cadena interminable...

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  3. El mismo miedo he sentido yo al verte desde tan lejos.
    Al final no queda otro remedio que escribir y escribir.

    Merece la pena pretender los cimientos de lo imposible.

    Al menos con ellos y de ellos se construye un hogar.

    Y ciertamente este es el mio.

    Un abrazo,
    Db.

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