Según el diccionario, entre otras acepciones, lo violento se refiere a aquello que está fuera de su natural estado, situación o modo. Yo creo que no alcanzan las palabras ni lo silencios para describir una muerte impune tras otra, como sucede en este país nuestro a diario. Yo creo que encontrar el cadáver de un muchacho de 24 años, junto con otros seis cadáveres, ejecutados y con trazas de tortura, es una pesadilla innombrable que debemos rehusarnos a seguir viviendo. Yo creo que ese muchacho es tan hijo nuestro como de sus padres, cuyo dolor soy incapaz de imaginar pero me llena el pecho de agobio. Yo creo que toca encontrar el modo de detener aquello que día tras día se ejecuta contra el modo regular o fuera de razón y justicia, robándonos el sentido, la paz, la vida. Queden estas palabras, insuficientes por naturaleza, como vela encendida por Juan Francisco y todos los demás.
Si esa vela encendida tiene el mismo valor que tu palabra, debieran arder en ella todos los malos presagios, una parte del presente y florecer sobre sus cenizas una flor hermosa como las que habitualmente retratas...
ResponderBorrarClaro que mi palabra se siente, también, insuficiente.
Pero al menos, acompañante palabra.
Un fuerte abrazo Adela que te acompañe desde esta orilla, que destile la tuya, de un modo u otro...
Db.
Gracias, David. Aprecio mucho esta compañía allende el mar.
ResponderBorrar