lunes, 10 de septiembre de 2012

Metáfora

o los gajes de mi oficio

Hoy no voy a recurrir a ninguna definición académica del término que nos ocupa, sino más bien a los riesgos profesionales de ser maestra de español en secundaria.

Llegué a clase, lunes temprano, segunda y tercera horas con tercer año, o sea, chicos de entre 14 y 15 años que se graduarán en algunos meses de su educación media. No sobra decir que me había pasado el fin de semana prácticamente en cama, tosiendo y moqueando e intentando estar suficientemente recuperada como para volver a la vida real al iniciar la semana (no es que tuviera la opción de no hacerlo...)

Y qué mejor que seguir trabajando con los tropos, sobre todo para una mañana sin voz y con alumnos que no paran de comentar sus andanzas de sábado y domingo. "Voy a anotar algunos ejemplos en el pizarrón para que me digan qué tropo se está usando", alcanzo a decir con la garganta a punto del ataque de tos, "y apuntan la respuesta en sus cuadernos". 

Entre los mentados ejemplos, tuve a bien incluir el trilladísimo "la primavera de la vida". "Es una metáfora", gritan varios entusiastas a la vez". "¿Por qué?", los interrogo, yo. "¿Cuál es la comparación implícita?" Entre contribuciones de unos más inspirados y otros menos, llegan a identificar las estaciones del año frente a las etapas de la vida. "¿A qué corresponde la primavera entonces?", sigo cuestionando, al tiempo que supongo que la respuesta será "a la juventud". Pero me sorprendo cuando alguien dice: "No, más bien es la niñez, miss...". Estoy por disentir y argumentar cuando una chica, linda y vivaracha, me pregunta (o eso creo yo, pues más bien sospecho que afirmaba): "Entonces, tú ya estás en el otoño, ¿no?, miss".

Estupefacta, boquiabierta y a punto del desmayo, solo atino a responder: "Para que sepas, yo apenas estoy terminando el verano...", tratando de salvar mi orgullo herido. Todos se ríen frente a mi réplica, quiero pensar que con más complicidad que otra cosa, y yo me llevo de tarea la reflexión sobre las etapas de mi vida y las estaciones del año...


para Lariza y sus secuaces, por seguirme enseñando

1 comentario:

  1. Me imagino la escena, es como si te compararas con una fruta, ¿madura o verde?, recuerda que la juventud puede ser un estado mental. Noto cierta tristeza en tu post. Como te sientes es como la gente te percibe. :)

    ¡Saludos!

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