jueves, 1 de noviembre de 2012

Noviembre



Desde que terminaron las lluvias, las chicharras han vuelto a cantar friccionando su cuerpo para pedir agua de nuevo, dicen. Quizá solo saludan al sol o se despiden del año.

La falta de agua hace florecer a los cazahuates: Sus ramas despeinadas se llenan de flores blancas y en las cercanías, las enredaderas de campánulas azules, parientes del árbol según me contaron, adornan las bardas.

El pasto de los jardines, el campo a la orilla de la carretera, las grietas en el pavimento se llenan de flores amarillas y naranjas, de cempasúchiles silvestres, de tlemoles, como soles sobre la tierra seca.

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