miércoles, 31 de octubre de 2012

Gresca innecesaria

Me parece la promovida en estos días, gran parte en internet como arena protagonista, entre el Día de Muertos y Halloween. Cada vez que vi a la catrina dándole una patada en el trasero a una pobre bruja, algo me molestó, pero lo dejé pasar, hasta que decidí compartir una reflexión a la que he estado dando vueltas en mi cabeza desde unos años ya.

Lo primero que me viene a la mente es que nuestro Día de Muertos (que conste que  probablemente sea mi celebración favorita del año) es el producto de un sincretismo entre antiguas tradiciones prehispánicas y los ritos católicos que trajeron los tan vilipendiados conquistadores y sus acompañantes. Entonces me pregunto: ¿Por qué tanta alharaca frente a un nuevo fenómeno de sincretismo que conjuga nuestras tradiciones con las de otros pueblos, muchos más emparentados con nosotros (celtas, gallegos, irlandeses) que lo que nuestra estrecha, y caduca (me parece), visión "antiimperialista" nos permite ver?

La transformación, la mezcla y el cambio son la esencia de la vida misma. El arraigo de nuestra tradición puede (y, de hecho, lo hace a pesar de tanta queja) no solo hacerse más fuerte al vincularse con otras tradiciones, sino también enriquecerse. ¿Por qué es tan terrible que los niños se disfracen de monstruos para ir a pedir su calaverita? ¿Por qué es tan horrendo que pidan su halloween mientras en casa montan una ofrenda para sus muertos?

Más que defensa de tradiciones, esta agresión enardecida hacia una celebración por demás divertida, se me antoja un alarde de miedo e intolerancia hacia lo que consideramos diferente a "nosotros", a lo "nuestro". Por qué no mejor fomentar nuestras tradiciones al tiempo que acogemos otras que lejos de ser una amenaza, aportan elementos diferentes, crean nuevos espacios, hermanan culturas diversas, como ha venido sucediendo desde siempre.

Que la catrina y la bruja convivan felices, se respeten, se enseñen, se amiguen y se diviertan me parece algo digno de contemplarse, sobre todo en estos tiempos de tanto odio y confusión.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario