Y dale con lo mismo...
Cada nuevo encuentro me refleja, cual espejo inmisericorde, esas zonas frágiles a las que (a veces) quisiera no tener que prestar atención. En esta ocasión, la carencia, la necesidad, la sensación de ser inadecuada. Y sí, un encuentro menos dulce conmigo, pero igual logro reconocerme señora.
Quizá fue demasiado tequila (combinado con vino)...
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