Preocupada de hacer la jornada pesada con mis constantes altos para sacar fotos, le dije a mi amiga Evelyn que me avisara cuando se aburriera de seguirme el ritmo. Entonces ella respondió que con mi cámara la hacía notar cosas que de otro modo le pasarían desapercibidas, como esta lagartija en una pared llena de helechos:
Y sí, era casi imperceptible. Solo hasta que me dispuse a retratar los helechos, la descubrí y disparé sin mayor dilación, sin saber a ciencia cierta si saldría o no. Y salió.
Así la vida, que se despliega si la notamos. Y si no, también.
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