Hace unos días aprendí que algo que capto intuitivamente en algunas fotos tiene, de hecho, un nombre: ritmo visual.
Se trata de un elemento más de la composición, que consiste en la repetición y ordenamiento de las formas, las colores o las líneas . El ritmo puede ser uniforme (formas repetidas regularmente), alterno (combinación de dos o más formas), creciente (formas que se agrandan) o decreciente (formas que se empequeñecen), radial (expansión progresiva a partir de un punto central), o simétrico (repetición de la misma forma a ambos lados de una imagen).
Bueno, eso es en cuanto a técnica (para no olvidarme y poder seguir experimentando).
Lo que en realidad me resulta fascinante es nuestra capacidad de nombrar aquello que percibimos sin el filtro de los conceptos y las palabras. Es, sin duda, un proceso inevitable e incluso necesario para poder comunicarnos con los demás. El riesgo es dejar de ver lo que la intuición nos muestra por aferrarnos demasiado a la etiqueta que le superponemos.
En fin, he aquí una muestra de imágenes con ritmo visual:
edificio en Madrid |
pan en la Feria de Tlaltenango |
sombras en la calle |
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