A lo largo de una vida, la mayoría de la gente vive en varios lugares antes de envejecer. Así también con las relaciones: las extraordinarias se vuelven nuestro hogar, aunque sea durante poco tiempo. Pero la mayoría de las relaciones resultan ser muy parecidas a las estaciones de tren o a los aeropuertos, donde pasamos un buen tiempo esperando nuestro "vuelo". Concedido, algunos aeropuertos son lugares fascinantes con restaurantes muy buenos, tiendas interesantes y, a veces, incluso encuentros románticos casuales fascinantes. Pero seamos realistas, no querrías vivir ahí y desde luego que no llamarías a ninguno de ellos tu hogar.
Estacion de Santa Apolónia en Lisboa |
Traducción al español e imagen, mías.
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