domingo, 21 de junio de 2020

Mirando hacia arriba


escaleras y reflejos de escaleras
en algún lugar de madrid
caminando hacia la castellana desde el viso (quizás), a la altura de nuevos ministerios

Hace unos días, un amigo me decía, me escribía, que yo le había enseñado (o eso creía) a ver el detalle en las fotos y a apreciar los reflejos y los espejos. Me platicaba que cuando pasea por su ciudad y ve un edificio con un muro cortina (más o menos) liso y brillante, le fascina ver el edificio de enfrente reflejado, a veces entero, otras fraccionado o con ángulos distintos según sean los vidrios. También me compartía cómo aprendió a apreciar cosas sencillas cuando va por la calle, a mirar hacia arriba y a aislar el detalle del fondo.

A mí me sorprendió y me gustó saber esto. (A veces una ignora las huellas que ha dejado por ahí en las vidas de otros...). Y me hizo pensar en la foto que abre esta entrada, tomada en el transcurso de alguno de los primeros paseos, cuando empezamos a salir a la calle después del confinamiento.


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