Hoy vuelvo a amanecer con el sol en los pies, después de una noche en que me costó trabajo (mucho) dormirme (el calor, quizás).
Hoy despierto después de una pesadilla: mi gata, la Ñaña, tan chiquita y tan negra se había vuelto salvaje. Andaba en la calle, maltrecha, perseguida por perros y quizá otros gatos. Con el pelo erizado, despeinada y agresiva. Yo intentaba agarrarla para llevármela a la casa. No podía. Entonces, triste, desistía.
Hoy una canción de mi tierra, que resultó ser de José Ángel Espinoza «Ferrusquilla», me daba vueltas en la cabeza. Google, por supuesto, me la encontró (en voz de Julio Iglesias, como primera opción...). Aquí en otra versión de este lado del mar:
Hoy es un día menos feliz.
Pero pasará, igual que ayer.
Y vendrán otros.
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