O caminata por mi condominio, o sea, por las zonas comunes entre los edificios donde se encuentra el departamento que habito. En una unidad habitacional (9 edificios con 8 depas cada uno), pomposamente llamada La Arboleda, en una suerte de homenaje irónico a los árboles que mataron para poder construir y a los 4 o 5 que quedaron en pie de milagro.
Salí temprano, antes de las 9, no bien me había terminado mi toronja de cada mañana. La intención, a más de tres meses ya de haber vuelto de España, es incluir una rutina de ejercicio que me ayude con las cuestiones de salud que se abrieron con la fractura y cirugía de nariz, en particular, una subida de la presión sanguínea que está por definirse (o no) como un cuadro de hipertensión. (Qué desafío este de asumir la edad y el proceso de envejecimiento.)
Así que emprendí camino, enfundada en un par de zapatos cómodos, con camarita rosa en una bolsa del pantalón y reloj en la otra. Y empecé a inventarme un circuito, tratando de aprovechar la sombra y la ausencia de personas. Y empecé, claro, a sacar algunas fotos (pocas para no interrumpir mi ritmo, me decía una especie de Pepe Grillo interno) y a reconocer mi entorno.
Como estas flores y vainas en un árbol frente al edificio donde vivía una amiga muy querida que dejó de serlo, porque desbloquearme del feisbuc no es lo mismo, creo yo, que retomar una amistad.
O como esta viejísima jacaranda reflejada en la alberca del fondo. Prácticamente sin flores, como les ha pasado a las jacarandas este año: la mayoría siguen pelonas, con semillas de la temporada pasada y apenas alguna tímida florecilla.. Como si supieran de pandemias y encierros y mascarillas.
Y en este prolongadísimo proceso de aterrizaje (quizá vivir no sea más que despegar y aterrizar todo el tiempo, pero no siempre nos damos cuenta por estar en pos de la certidumbre tan elusiva) me vuelvo a encontrar a mí, cambiante, diferente, otra. Como aquí, tomada de un barandal, junto a la vieja jacaranda, en el fondo de la alberca, que las piscinas quedaron del otro lado del mundo:
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