martes, 16 de marzo de 2021

m i l a g r o

Esta es una palabra que no me gusta demasiado. Quizás por sus resonancias religiosas. Ha aparecido en el blog en algunas ocasiones, aunque como título, es su primera vez. El Diccionario de la Lengua Española la define con mucha claridad, sobre todo en sus primeras dos acepciones:

De miraglo.

1. m. Hecho no explicable por las leyes naturales y que se atribuye a intervención sobrenatural de origen divino.

2. m. Suceso o cosa raraextraordinaria y maravillosa.

También consigna su uso en cinco frases coloquiales, entre las cuales mi favorita es "colgarle a alguien el milagro", es decir, hacer a alguien responsable de algo, en general negativo, cuando no tiene implicación alguna. En México usamos el diminutivo para darle un giro sarcástico, como en "menudo milagrito te colgaron", por ejemplo.

Para mí. el milagro más sorprendente de todos es la vida misma, sobre todo cuando surge de la muerte (que al final son dos caras de la misma moneda, como la serpiente que se muerde la cola).

Hace unos días, durante uno de mis paseos matutinos por el condominio, me encontré con una planta tirada en el pasto, frente al primer edificio, con las raíces al aire y una macetita vacía al lado. Mi primer instinto fue recogerla, pero luego pensé que igual pertenecía a alguno de los vecinos que no la había echado en falta todavía y la dejé. Días después, circunvalando ese edificio otra vez, me la volvía a encontrar, en el mismo estado de abandono. Tuve el mismo impulso, pero me tomó una vuelta más llevarlo a la práctica. Recogí planta y maceta y me las traje a casa.

Las raíces de la planta, un cactucito tipo sábila pero con manchas, estaban completamente secas. Igual decidí meterla en agua y ponerla junto a mi maestro. Unos días después, me sorprendí (y regocijé) cuando vi que de entre esas raíces sin vida, habían brotado unas nuevas, blancas, hermosas, mientras que por entre las hojas de puntas secas, se asomaba una punta verde, oscura y brillante, recién nacida. Esto es para mí un milagro. Tan común y corriente. Tan fascinante:









Ya le tocará a la planta rescatada un trasplante a una maceta con tierra muy pronto.

Un milagro me parece también lo esperado y sabido que, sin embargo, vuelve a sorprenderme cuando sucede, como mi planta del amor que sigue echando sus flores cada marzo:









O las jacarandas, que más tarde o más temprano se cubren de flores moradas, a veces poniendo a prueba mi paciencia, mi expectativa de volver a verlas florecidas:







No hay comentarios.:

Publicar un comentario