Escucho, pues, la Sinfonía núm. 5 en Re mayor (originalmente Obertura a la Oda para el Día de Santa Cecilia, 1739) del músico inglés William Boyce. Y pienso en mi mamá. Hace unos días me encontré una cita de Victoria Secunda, psicóloga y escritora que ha indagado en "la relación más complicada de nuestra vida", o sea, la relación entre madre e hija. La compartí en inglés en este blog hace 10 años (a propósito del módulo sobre la madre en un grupo de mujeres que entonces facilitaba con una amiga) y hoy la comparto en mi traducción al español:
Ya sea que nuestra relación sea tensa o fácil, hostil o afable , necesitamos a nuestra madre, aun solo en recuerdo... para conjugar nuestra historia, validar nuestra femineidad y guiar nuestro camino.
Así la cosa, para bien o para mal, nuestra madre, mi mamá, será siempre un lugar de referencia, una fuente de entendimiento y, con suerte, se convierta en una luz que ilumine mi camino, ayudándome a soltar lo que no es mío (los pesos ajenos, las imágenes ajenas) para hallar mi propia identidad, por más cambiable y transitoria que sea.
Y revolviendo cajones, hallé también otra fotografía que en el reverso dice "Septiembre 1941. En el patio de la casa del Santísimo" y donde aparecen mi mamá, de casi 7 años (hace 80) y su primo hermano, mi tío Dicky, papá de mi prima Adelaida, que también celebra hoy su cumpleaños .
Ojalá, ma, que encuentres, donde estés, motivos para sonreír, con una felicidad verdadera y perdurable.
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