O sea, sí un conjunto de 12, años en este caso. Una docena de años al aire cumple este blog hoy. Su duodécimo bloguiversario. El décimo celebrado de este mi lado del mar. Entre el Atlántico y el Pacífico.
Y descubro, en el diccionario, por supuesto, que a un paño u otro tejido de lana se le llama doceno o docena cuando tiene una urdimbre de doce centenares de hilos. Y que en esta acepción, el vocablo podía ser usado también como sustantivo masculino y que ahora ha caído en desuso.
Pero a mí me gustó mucha la idea de un tejido como descripción de este espacio que es como una tela hecha de los múltiples hilos que se han tejido a lo largo de 12 años: voces del pasado y del futuro, una voz presente, voces recuerdo y voces sueño, voces invitadas, voces en otros idiomas, comentarios de visitantes, imágenes, sobre todo de mi(s) camarita(s) rosa(s).
Tejido compañero y cómplice que me sostiene donde quiera que esté. Como quiera que esté. Cuando ni siquiera quiero estar. Cuando me salgo de tantas ganas de estar.
Y me quedan aún unas latas barcelonesas para celebrar hoy:
Gracias a quienes han elegido quedarse, y a los que no, a los que han pasado y vuelven a pasar, a los que pasan una vez y no regresan, pero quizá lo hagan algún día. Gracias al blog mismo y a esa parte de mí que elige seguirse quedando, apareciendo y escribiendo.
Siempre.
Te admiro por sostener tantos años este espacio, he intentado muchas veces iniciar uno y nomás no puedo. Gracias por compartirte!! Un abrazo
ResponderBorrarGracias a ti por visitarlo siempre y comentar, que es la otra ala que le permite seguir volando. Un abrazo de vuelta.
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