Experiencias directas
El vacío [o vacuidad] no es un un hueco, un espacio en blanco donde no está sucediendo nada. El punto es que descubrir la bondad fundamental —descubrir el estado despierto, el modo de ser, el ahora de las cosas— no sucede trascendiendo la realidad ordinaria. Proviene de apreciar las experiencias simples, libres de argumento. Cuando vemos un coche rojo con la puerta abollada, cuando sentimos frío o calor, suavidad o dureza; cuando probamos una ciruela u olemos hojas pudriéndose, estas experiencias directas y simples son nuestro contacto con el estado despierto básico, con la bondad fundamental, con el mundo sagrado. Es solo tocando plenamente nuestra experiencia relativa que descubrimos la naturaleza última, intemporal, fresca de nuestro mundo.
Original en inglés y fuente, aquí. / Traducción al español e imagen, mías.
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