Antier salí de casa a eso de las 5 de la tarde y caminé hasta Salto Chico para hacer práctica de escritura. Lo primero que vi al salir fue la luna creciente en el cielo azul, con su conejo casi completo. Y la fotografié, claro. Seguí mi camino y no tardé en darme cuenta que ella me iba acompañando, haciendo el mismo paseo que yo por encima de mí, por el cielo, entre las plantas y los cables, sobre las construcciones, interactuando con las diferentes cosas que hay en esos 15 minutos de caminata por la calle de San Jerónimo. Y entonces registré con mi camarita rosa el acompañamiento lunar de mi caminata vespertina:
 |
ella, en el cielo, de día |
 |
sobre el hule |
 |
sorteando cables y una antena |
 |
intentando rozar el ciprés |
 |
librando una maraña |
 |
muy por encima del tulipán africano |
 |
cerquita de las copas de oro |
 |
junto a la araucaria |
 |
bailando con las bugambilias |
 |
por fin, sin cables, sobre árbol desconocido (¿mamey?) |
 |
sin vegetación alguna |
 |
casi sostenida por las hojas de palmera |
No hay comentarios.:
Publicar un comentario