miércoles, 1 de diciembre de 2021

Las flores no saben de los meses ni de su comienzo, ni de su final. Las flores de ayer son las mismas y son diferentes de las flores de hoy. Las flores saben de estaciones. Aunque más que saber, las plantas viven las estaciones y van cambiando según haga frío o calor, llueva o sean las secas. Nosotros, en cambio, damos nombres, etiquetamos y, así, nos separamos de la experiencia. Sin darnos cuenta, casi.

Primero de diciembre y El Coleccionista, el de la música clásica en la radio en las mañanas, ya pone música "de temporada", sinfonías navideñas y ya empieza a desearnos "felices fiestas". Y a mí el corazón se me encoge, porque estas celebraciones son un conjuro de fantasmas y de ausencias. Y no puedo evitarlo. O sí. Que también son nombres y etiquetas alejados de la experiencia. 

Saber que soy como las flores que no son ni de noviembre ni de diciembre. Que en realidad ni siquiera son flores. Solo son. Luminosas. Efímeras. Ilusorias.


Tepoz, ayer

2 comentarios:

  1. Uff comparto la sensación de los fantasmas de la Navidad que no encuentro cómo lidiar con ellos, reconozco que he avanzado pero sigo trabajando con ellos!!!

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    1. ¿Qué tal reunión de amigas con botanas (bastantes) y chupe (bastante) ricos y apapachos extrafamiliares?

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