sábado, 19 de agosto de 2023

ego, yo y demás parientes


¿Cómo aterriza una después de un mes de estudio y meditación budistas, incluyendo mi participación como traductora? No tengo idea. Lo estoy descubriendo a medida que lo intento. No es la primera vez que lo vivo. De hecho, es la tercera, pero tampoco me acuerdo de lo que hice los años anteriores; solo conservo una ligera memoria de la sensación de estar perdida, como perro sin dueño, digamos.

Y se siguen pasando los días y yo que no me hallo. Quizás ahí esté la clave. En que no hay ni yo ni necesidad de hallarme.

Me viene a la mente una advertencia que aparece en el libro Training the Mind de Chögyam Trungpa Rinpoché, donde comenta los eslóganes de la tradición de Atisha y dice así, más o menos: "¡El uso de este libro podría ser riesgoso para tu ego!". Esto es en realidad válido para todas las enseñanzas de Buda Shakyamuni. 

Uno de los cursos que tomé el mes pasado versaba sobre la naturaleza búdica (que puede señalarse con muchos otros nombres: naturaleza de la mente, bondad fundamental, Dharmakaya, talidad...) y que plantea una idea revolucionaria: todos los seres sensibles (en el sentido de los seres con mente) tenemos una naturaleza primordial pura, es decir, sabia, luminosa, compasiva y carente de ego. A simple vista podría parecer algo trivial o inútil, pero apunta a una realidad profunda y liberadora: debajo de toda nuestra confusión, ignorancia y sufrimiento hay un espacio libre de todo eso, es decir, que todos los seres sensibles tenemos ya la disposición (semilla, potencial...) para manifestar ese estado de iluminación. Y, así, somos todos iguales.

Una parte del curso, basado en el estudio del cuarto punto de un texto clásico llamado Uttaratantrashastra, apunta a las señales o indicaciones de que esto es así, de que dentro de nuestro capullo de elaboraciones mentales, hay un espacio de libertad más allá de las palabras, las conceptualizaciones y las etiquetas. Para mí en particular, uno de estos indicios fue la sensación de cortocircuito mental que empezar a penetrar en estas enseñanzas le produjo a mi ego, a mi yo.

¿Y qué o quién es este ego o yo o identidad?

Un poco de diccionario nos puede ayudar, quizá, a empezar a entender o, por lo menos, a investigar o cuestionarnos.

yo

Del lat. vulg. eo, y este del lat. ego.

Formas de caso me, mí, conmigo.

1. pron. person. 1.ª pers. m. y f. sing. Forma queen nominativodesigna a la persona que habla o escribeYo estoy muy tranquila.

2. m. Fil. Sujeto humano en cuanto personaEl yo. Mi yo.

3. m. Psicol. Parte consciente del individuomediante la cual cada persona se hace cargo de su propia identidad y de sus relaciones con el medio.

Aunque bueno, así puesto, parece algo sólido y existente que podemos precisar, pero la verdad es que si lo intentamos, nos topamos con su ausencia, la falta de una identidad a la cual pudiéramos aferrarnos.

ego

Del lat. ego 'yo'.

1. m. Psicol. En el psicoanálisis de Freud, instancia psíquica que se reconoce como yoparcialmente conscienteque controla la motilidad y media entre los instintos del ello, los ideales del superego y la realidad del mundo exterior.

2. m. coloq. Exceso de autoestima.

O, desde el punto de vista budista, entidad ilusoria que tomamos como real y cuya defensa a capa y espada es la fuente de todo nuestro sufrimiento.

Hasta aquí, más o menos, lo que soy capaz de poner en palabras. Lo demás sigue cocinándose a fuego lento y espero que se manifieste poco a poco en acciones que sean de beneficio propio y, sobre todo, de beneficio para todos los seres que me rodean.

De pilón, una suerte de dibujo que surgió mientras traducía en una de esas clases y que puede verse como la ilustración del corto circuito que lleva a la liberación:


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