La codicia nos hace infelices
Todos queremos ser felices, pero generalmente no tenemos una idea clara de dónde viene la felicidad real. Los comerciales transmiten ciertas ideas sobre lo que necesitamos para sentirnos felices. Cuando estamos expuestos repetidamente a estas imágenes e ideas, empiezan a formar una suerte de hábito mental. Empezamos a sentir que lo que se anunció podría ser la llave de nuestra felicidad y entonces, por supuesto, queremos poseerlo. Nos acabamos diciendo: "¡Yo debería de tener una de esas motocilcetas! ¡Debería ir por el mundo con estilo! ¡También quiero ser exitoso y feliz!".
Con el tiempo, desarrollamos un hábito de anhelar aquello que no tenemos. Sin notar de dónde provino, este deseo habitual avanza lenta y sigilosamente, convirtiéndose en codicia. Como otros hábitos, la codicia se desarrolla gradualmente. No nos detenemos para contener este hábito en sus etapas tempranas porque, por lo general, nuestras culturas nos alientan a entregarnos a la codicia. Entre más arraigado esté nuestro hábito de codicia, más profundamente caemos bajo su influencia y más "natural" nos parece. Una vez enraizado, el hábito de codicia nos mantiene sintiéndonos pobres y siempre al acecho de las cosas que nos faltan. En breve, la codicia nos hace infelices.
Original en inglés y fuente, aquí.
Traducción al español e imagen, mías.
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