por qué necesitamos renunciar
a nuestras preocupaciones mundanas
Cuando hablamos sobre las preocupaciones de esta vida (resumidas en los ocho dharmas mundanos*), deberíamos entender por qué necesitamos trabajar en renunciar a ellas. La razón es que representan nuestros apegos, las diversas maneras en que nos aferramos a todas las cosas de este mundo. No importa si estas cosas parecen ser agradables o desagradables, buenas o malas, beneficiosas o dañinas. Es solo nuestro aferramiento a ellas —ciegamente sin entender o pensar—lo que perturba nuestra mente y nos llena de aprensión.
A muchos de nosotros nos gusta el Dharma y queremos practicarlo. Pero frecuentemente practicamos con seriedad cuando estamos infelices y tenemos algunos problemas, así que, de hecho, solo estamos intentando estar más felices. Cuando nos duele la espalda, nos aplicamos geles y vamos por un masaje, y entonces nos sentimos un poco mejor. Nuestra práctica del Dharma es un poco así. Pensamos que es algo para hacer cuando hay un problema, pero nuestra mayor atracción es a esta vida, al mundo y a todos sus entretenimientos. Consideramos que nuestras posesiones mundanas son cruciales para nuestra vida, la fuente misma de nuestra felicidad. Aun si no pensamos así conscientemente, en el segundo plano de nuestra mente, nuestra actitud inconsciente se agarra a todas estas cosas mundanas como si nuestra felicidad verdaderamente dependiera de ellas.
Cuando tenemos esta actitud, nuestra práctica del Dharma empieza a parecerse a un tratamiento para el SIDA. Me han dicho que cuando uno tiene SIDA, la comida que uno come primero alimenta al virus del SIDA y solo después, cuando el virus está saciado, se dirige a las partes de nuestro cuerpo que están sanas. Algo así sucede cuando practicamos Dharma con demasiado apego a las ocho preocupaciones mundanas. Como el virus del SIDA, ellas reciben la mayor parte de nuestra atención, mientras que el Dharma queda segundo en línea.
*la ganancia y la pérdida, el éxito y el fracaso, el elogio y la desaprobación, y el placer y el dolor: en el budismo, las ocho preocupaciones o condiciones transitorias que perturban la mente y provocan sufrimiento
| zanate desayunándose un insecto hoja esta mañana |
Original en inglés y fuente, aquí. Traducción al español e imágenes, mías.
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